Los presidentes de Estados Unidos y China hicieron a un lado sus disputas marítimas y cibernéticas el sábado y sellaron la participación de sus países en el pacto contra el cambio climático firmado en París el año pasado. Elogiaron el paso como el inicio de una nueva era en la cooperación mundial para salvar al planeta.
En una ceremonia en el marco de una cumbre económica mundial, el presidente norteamericano Barack Obama y su colega chino, Xi Jinping -quienes representan a los dos emisores de dióxido de carbono más grandes del mundo-, entregaron una serie de documentos al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Los documentos certifican que Washington y Beijing han tomado las medidas necesarias para unirse al acuerdo de París, que establece objetivos particulares por parte de cada nación para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
"Esta no es una lucha que ningún país, por muy poderoso que sea, puede tomar por sí solo", dijo Obama sobre el pacto. "Algún día podremos ver esto como el momento en que finalmente decidimos salvar a nuestro planeta", agregó.
Xi dijo esperar que otros países hagan lo mismo y se suman a la búsqueda de nuevas tecnologías para ayudarles a alcanzar sus objetivos. "Cuando el camino viejo ya no nos lleva muy lejos, hay que buscar la innovación", añadió. "Nuestra respuesta al cambio climático se basa en el futuro de nuestro pueblo y el bienestar de la humanidad", afirmó.
La cooperación es "la mejor oportunidad que tenemos" para salvar el planeta, dijo Obama momentos antes de la ceremonia.
El anuncio supone que el pacto entrará en vigor a finales de este año, antes de lo previsto.
Un total de 55 naciones deben unirse para que el acuerdo entre en vigor. Las naciones que se han unido producen por lo menos el 55% de las emisiones globales.
En conjunto, Estados Unidos y China producen el 38% de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano.
La Casa Blanca ha atribuido el ritmo acelerado a una alianza que parecía poco probable entre Washington y Beijing. Para dar impulso a un acuerdo, fijaron 2030 como plazo para que las emisiones de China dejen de subir y anunciaron su "convicción compartida de que el cambio climático es una de las mayores amenazas que enfrenta la humanidad".
Estados Unidos se comprometió a reducir sus emisiones en al menos un 26% en los próximos 15 años, en comparación con los niveles de 2005.
La ceremonia de adhesión formal se celebró en la pintoresca ciudad china de Hangzhou, donde se celebrará la cumbre anual del G20, que durante dos días reúne a las economías más industrializadas del mundo y emergentes.
Obama fue uno de los líderes mundiales que llegó al gigante asiático el sábado. Antes que él lo hicieron el primer ministro de Italia, Matteo Renzi - a quien el presidente chino ofreció sus condolencias tras el devastador sismo que sacudió su país-, su homólogo canadiense, Justin Trudeau; el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
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