WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha enviado este miércoles una carta al presidente de China, Xi Jinping, en el que le comunica, entre otras cosas, que espera “desarrollar una relación constructiva” que beneficie a ambos países, según ha informado la Casa Blanca en un comunicado.
La carta también incluye un agradecimiento de Trump hacia Xi por la misiva que este envió al magnate tras su investidura como nuevo presidente de EE.UU., así como el deseo de que la población china tenga un prospero Año del Gallo de Fuego, cuyas celebraciones se están sucediendo estos días.
El Gobierno chino ha respondido con una corta respuesta en la que señalan que la cooperación entre ambos países es la “única opción”.
China quiere evitar
una conversación como la que Trump tuvo con Turnbull
Trump y Xi no han
mantenido una conversación directa desde que el magnate fuera investido como
nuevo presidente de EE.UU. el pasado 20 de enero, aunque ambos hablaron poco
después de que Trump ganara las elecciones presidenciales en noviembre.
Si bien los contactos
entre ambos gobiernos continúan, la conversación entre ambos parece que aún
tendrá que esperar.
Fuentes diplomáticas
en Pekín indican que el Gobierno chino está preocupado porque una posible
conversación entre ambos líderes podría acabar con Xi siendo humillado por
Trump -como ocurriera con el primer ministro australiano Turnbull al que el
magnate colgó el teléfono- y que estos detalles se filtraran a los medios
estadounidenses.
“Eso es lo último que
China quiere”, afirma a Reuters una fuente conocedora de las relaciones del
país asiático con EE.UU. “Sería increíblemente embarazoso para el presidente Xi
y para el pueblo chino”, comenta.
La misma opinión tiene
un dimplomático occidental -no estadounidense-, que cree que China
probablemente no tenga prisa en establecer una llamada de teléfono de este
tipo.
“Estas cosas deben
suceder de una forma muy controlada por China, algo que ahora no puede
garantizar con el impredecible Trump”, dice el dimplomático.
“Trump también parece
demasiado distraído con otras cuestiones en este momento como para dar
demasiada atención a China”, añade el dimplomático.
En China, de momento
hay mucha incertidumbre sobre las políticas que Trump tomará respecto al país
asiático, si bien expertos chinos ligados al Gobierno auguran que se avecina
una etapa de turbulencias comerciales y también en seguridad por las reclamaciones
de soberanía de Pekín en el Mar de China Meridional y Oriental.
Lo que sí dejó claro
durante su campaña Trump, es que culpa a China (además de México) del déficit
comercial de Estados Unidos y de la pérdida de puestos de trabajo debido a las
deslocalizaciones, una tendencia que ha prometido invertir con mano dura frente
a Pekín
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