El ser
humano es parte esencial de la naturaleza, su razón de ser y existir deben
estar en armonía y consonancia con la Madre Naturaleza como única alternativa
de lograr el correcto equilibrio y la sostenibilidad y supervivencia del hombre
sobre la tierra.Sin embargo, desde mediados del siglo pasado se hace más que
evidente que la demanda de recursos existentes en los ecosistemas del planeta
están por encima de la capacidad de la tierra de regenerar sus recursos.
Son las
personascon sus creencias, hábitos y prácticas insostenibles los responsables
de la deforestación, quema de bosques y vertederos, agotamiento de ríos, lagos,
acuíferos, destrucción de manglares, urbanización descontrolada y sin
planificación, uso indiscriminado de pesticidas y fertilizantes, contaminación
de ríos, arroyos y fuentes de agua, manejo inadecuado desechos sólidos y
líquidos y de los gases de efecto invernadero que ayudan al calentamiento de la
atmósfera y agua.
Entre los
gases que más impactan en el calentamiento global están el dióxido de carbono
CO2, que resulta de la quema de
combustibles fósiles para hacer funcionar los vehículos, plantas de generación
de electricidad y uso en las industrias,
este representa el 80% por ciento de los gases efecto invernadero. También se
destaca el óxido nitroso (N2O)por el uso de fertilizantes y metano (CH4)que
emana de los vertederos, cría de ganado y tratamiento de aguas residuales.
De momento
la comunidad científica no ha establecido una relación de causalidad entre el calentamiento
global y la frecuencia de huracanes y terremotos, no así en lo que respecta a
la intensidad de los vientos y lluvias dónde se entiende que puede existir
algún tipo de influencia en el sentido de que por cada grado de calentamiento,
se genera un 7% por ciento más de humedad en la atmósfera, según Valerie
Masson-Delmotte, del grupo GIEC.
En lo que
va de temporada ciclónica 11 tormentas han afectado la región, de las cuales al
menos 6 alcanzan la potencia de huracán y entre estos se destaca por su poder
devastador Harvey que
afectó la noche del 25 al 26 de agosto con vientos de hasta 200 km/h, oleajes
de 3.7 metros de altura, fuertes inundaciones, unas 70víctimas mortales, 18
desaparecidas y pérdida de acuerdo a la agencia Moodys de entre 51,000.00 y
75,000.00 millones de dólares por daños a viviendas, edificios, comercios,
escuelas, hospitales, carreteras y puentes en elEstado de Texas que fue
declarado por el Gobierno Federal en estado de Catástrofe Natural, para
facilitar la ayuda para la reconstrucción y rehabilitación de las zonas
afectadas.
En el
mismo mes de agosto un Huracán categoría 5 en la escala de Saffir Simpson, con
vientos superiores a los 298 km/h y racha de 307 km/h inicia su marcha destructora
en la isla Barbuda,ubicada en el Caribe en las llamadas Antillas Menores, con
un muerto, daños en el 90% por ciento de
la infraestructura, valorados en unos 150 millones de dólares equivalente al
10% del PIB, según Gaston Browne, Primer Ministro de Antigua y Barbuda.
Irma continuó
su devastadora travesía por Anguila, San Cristóbal y Nieves, San Martín con
daños en la parte francesa del 95% por ciento de la infraestructura y unos 8
muertos, en el sector neerlandés de la misma isla los daños se cuantifican en
el 70% por ciento de las edificaciones, según las autoridades. También
sufrieron los efectos de Irma, las IslasVírgenes, Puerto Rico, República
Dominicana, las Bahamas, islas Turcas y
Caicos,Cuba y Miami. En estos dos últimos lugares, las devastaciónes son enormes
y están en proceso de ser cuantificadas.
El costo
de los desastres naturales para el año 2015, conforme a la aseguradora alemana
Múnich Re, es de 23,000 muertos y 90 billones de dólares
a nivel mundial, en el año anterior de
acuerdo a la misma fuente, el costo de las devastaciones naturales fue de unos
110 billones de dólares.
El 94% por
ciento de las catástrofes naturales que ocasionaron pérdidas económicas, el año
citado, guardan relación con eventos climáticos, de estos las inundaciones y sequías,
representaron el 80% por ciento de los daños, según la ONU.
Como se
puede apreciar el costo de los fenómenos naturales representa un gran lastre
para los países en desarrollo y desarrollados, no solo por el impacto directo a
la infraestructura física que debe ser reconstruida o rehabilitada, sino
también por sus efectos a las personas y familias, a la actividad económica y
estructura productiva, cuyos daños pueden ser recuperados a corto, mediano o
largo plazo dependiendo de la capacidad de respuestas de cadapaís.
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