Decenas de personas “pasaditas de tragos” que iban al volante el pasado fin de semana, fueron sorprendidas con el inicio de los operativos de revisión de alcoholemia que puso en marcha la Dirección General de Seguridad de Transporte Terrestre (DIGESETT).
Los conductores fueron escogidos de forma aleatoria cuando circulaban por la avenida Winston Churchill del Distrito Nacional, pero el objetivo no era multarlos, sino educar a la ciudadanía sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en países de ingresos bajos y medianos, entre el 33% y 69% de los conductores que sufrieron lesiones mortales y entre el 8% y 29% de los conductores que sufrieron traumatismos no mortales, habían consumido niveles de alcohol prohibidos por la ley antes del incidente.
Para realizar las activaciones en las vías, el INTRANT entregó a la DIGESETT ocho alcoholímetros evidenciales y 32 de tamizaje, así como chalecos, conos, luces reflectoras, reductores de velocidad.
Medidas
Con la activaron de la revisión de alcoholemia se hicieron pruebas aleatorias para determinar el grado de alcohol.
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